Depresión
La depresión tiene cura
El bajo estado de ánimo, la apatía, la tristeza, la fatiga física, baja autoestima, la dificultad de concentración, la inseguridad para tomar decisiones, para poder disfrutar de un rato agradable o los problemas leves de memoria, son algunos de los síntomas más conocidos de la depresión.
Estos síntomas tienen graves consecuencias en tu funcionamiento diario, tanto en tu ámbito personal y familiar, como en el laboral. Las estadísticas revelan que, entre el 80 y el 90% de las personas en terapia, logran recuperar relativamente rápido su nivel de funcionamiento normal.
¿Qué es la depresión?
Cuando tienes depresión te aíslas de los demás, ya que no encuentras placer en las relaciones sociales, y te vuelves incapaz de afrontar el día a día. Paulatinamente comienzas a pensar negativamente sobre ti mismo, sobre el mundo que te rodea y también sobre tu futuro.
La depresión es el resultado de las creencias irracionales y de la falta de refuerzo. Cuando estás deprimido no encuentras la motivación necesaria para actuar, por lo que te encierras en un círculo vicioso de inactividad que reproduce tu estado de ánimo depresivo. Además, sufres una serie de distorsiones cognitivas que te hacen ver el mundo bajo un prisma negativo, hasta que llega un punto en el cual no logras diferenciar entre su pensamiento y la sensación que éste te genera. Por tanto no eres consciente de que cada vez que confirmas tus pensamientos automáticos negativos, perpetúas ese estado.
Es frecuente que, aunque sí recuerdas probablemente el suceso negativo que originó tu depresión, en la actualidad ya no te des cuenta de la causa de tu tristeza ya que termina instaurándose como una forma de respuesta habitual, automatismo, ante los acontecimientos de tu vida.
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Síntomas de la depresión
Un síntoma es la forma que tiene tu cuerpo para gritar que algo no va bien.
Los síntomas que provoca la depresión tienen graves consecuencias en tu funcionamiento diario, tanto en el ámbito personal y familiar, como en el laboral.
Algunos de los síntomas más conocidos de la depresión son:
- Somáticos: fatiga, falta de energía, dolor de cabeza, cambios en el apetito, problemas digestivos, malestar persistente, pérdida del deseo sexual. Son frecuentes los diversos problemas de salud ya que cuando padeces depresión sueles adoptar hábitos de vida poco saludables al no cuidar de ti mismo. A los problemas de insomnio se le suman la falta de ejercicio físico, por lo que tu salud termina resintiéndose. De hecho, la depresión te hace más vulnerable a sufrir diferentes enfermedades, desde la gripe hasta la diabetes y patologías cardiovasculares. También hace que percibas el dolor con mayor intensidad y también te hace envejecer más rápido. Además, la depresión afecta la respuesta inmune de tu organismo, provocando un aumento de la inflamación que termina dañando las células.
- Cognitivos o mentales: pensamientos irracionales, dificultades para concentrarte, problemas de memoria, lentitud de pensamiento, dificultad para tomar decisiones y también ideas suicidas.
- Emocionales: tristeza, ansiedad, sensación de vacío, pesimismo, desesperanza, sentimientos de culpa, inutilidad e impotencia, desconexión emocional. Padeces grandes dificultades emocionales, sientes progresivamente que la vida no tiene sentido, además tu autoestima disminuye, te sientes inseguro y pierdes la confianza en tus capacidades.
- Conductuales: Son frecuentes los conflictos en las relaciones interpersonales. La depresión a menudo viene acompañada de movimientos lentos, volumen bajo de voz e incluso mutismo, llanto frecuente, agitación, inquietud, irritabilidad e impulsividad por lo que no es extraño que aparezcan roces o disputas en las relaciones interpersonales, las cuales contribuyen a que te aísles aún más.
El síntoma más típico de todos es la tristeza y los pensamientos negativos sobre el futuro y sobre uno mismo y los demás, pero cuando la depresión es más grave o bien está más avanzada te puedes llegar a sentir incluso desconectado de tus sentimientos, algo así como si estuvieses emocionalmente muerto.
Cuando los síntomas de la depresión son leves, pero se extienden en el tiempo, durante al menos dos años, hablamos entonces de DISTIMIA o trastorno depresivo persistente.
Es muy frecuente que tu rendimiento cuando estás deprimido se vea afectado sobre todo en la escuela o el trabajo. En estos estados es habitual que aparezca la ASTENIA. En cuando sueles referir que la vida se te hace cuesta arriba, hasta incluso las tareas más sencillas, como levantarte de la cama, lavarte o simplemente vestirte, pueden ser muy agotadoras y sientes que necesitas hacer un gran esfuerzo para llevarlas a cabo.
Otro síntoma muy común es la ANHEDONIA, que sucede cuando poco a poco también vas perdiendo el interés por las cosas que antes disfrutabas y abandonas tus aficiones al no encontrar ya disfrute en ellas.
Uno de los mayores riesgos de la depresión es el SUICIDIO. De hecho, el 60% de los suicidios que se cometen en el mundo están asociados con la depresión aguda. Cuando la depresión es severa, puedes llegar a tener ideas suicidas recurrentes.
Sueles pensar que los demás estarían mejor si te suicidases o que los obstáculos o problemas que tienes en tu vida son insalvables, por lo que no encuentras otra solución que terminar con tu vida. En otros casos, las ideas suicidas aparecen como resultado de un estado emocional muy doloroso, cuando crees que tu sufrimiento es insoportable y que nunca va a remitir. Las probabilidades de que te refugies en las adicciones, como el alcohol y las drogas, son elevadas.
Siempre es mejor buscar ayuda profesional al inicio de la problemática
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Causas de la depresión
Una de las causas más comunes de la depresión es haber sufrido traumas infantiles o haber estado expuesto crónicamente a situaciones estresantes en la infancia. De hecho, se conoce que la exposición durante los primeros años de vida a traumas agudos (trastornos en el apego) puede alterar el funcionamiento del sistema inmunitario, endocrino y nervioso, aumentando las probabilidades de sufrir depresión en la edad adulta.
Otras circunstancias importantes como la muerte de un ser querido o un cambio radical en la vida, son el factor que desencadena la depresión, en estos casos sería más propio hablar de un trastorno adaptativo con estado de ánimo depresivo. Sin embargo, también hay veces en que la depresión puede aparecer sin que exista una crisis que haya actuado como desencadenante.
Determinadas características de personalidad también aumentan la predisposición a sufrir un cuadro depresivo. Por ejemplo, las personas que tienden a malinterpretar los hechos cotidianos que viven, asumiéndolos como prueba de sus defectos personales, y aquellas que tienen un sentimiento de responsabilidad exagerado o se dejan vencer con facilidad por las adversidades, son más vulnerables a desarrollar una depresión. La tendencia al perfeccionismo, una sensibilidad extrema, una baja autoestima y las dificultades para lidiar con las críticas también aumentan las probabilidades de que la persona desarrolle una depresión.
Al ser la depresión el resultado de una combinación de factores genéticos, bioquímicos y psicológicos, se ha podido apreciar que algunas zonas del cerebro funcionan de manera diferente, sobre todo las áreas responsables de la regulación del estado de ánimo y el pensamiento. Así, los niveles de algunos neurotransmisores, como la norepinefrina, la serotonina y la dopamina son especialmente bajos en las personas que padecéis depresión.
La depresión provoca una disminución del volumen cerebral, sobre todo en la corteza prefrontal, que es el área principal que se encarga de la regulación emocional. La responsable es la proteína GATA1, que se activa en el cerebro de la persona deprimida, disminuyendo el tamaño de las neuronas y afectando la densidad de las dendritas.
Las mujeres sufren dos veces más depresión que los hombres. Estadísticamente se cree que una de cada siete mujeres experimentará un episodio de depresión en algún momento a lo largo de su vida. Por eso, se sospecha que en muchos casos puede existir un componente hormonal de base, tal es el caso de la depresión posparto y el trastorno disfórico premenstrual.
La herencia genética también influye en la aparición de la depresión. De hecho, el trastorno depresivo severo es hasta tres veces más frecuente en las personas que han tenido un padre o una madre que haya padecido un trastorno depresivo.
¿Cómo es nuestro tratamiento para la depresión?
Si tienes depresión seguramente habrás escuchado frases del tipo: “haz un esfuerzo y anímate”, “no es para tanto”, “estás así porque tú quieres” que es probable que te hagan sentirte, si cabe, aún más incomprendido o lo que es peor, como si fueras tú el “culpable” de lo que te sucede y como si tú no quisieras curarte.
Aunque la intención de quien te lo dice, no dudamos que sea de buen corazón, sin embargo afirmar este tipo de expresiones es contraproducente ya que no es conveniente minimizar tu estado de ánimo ni reducir la depresión a un simple problema de falta de voluntad.
Para superar una depresión hace falta mucho más, es imprescindible trabajar en las creencias y pensamientos que sustentan este trastorno. Por tanto no se trata para nada de que te “esfuerces” en aplicar la voluntad para “pensar en positivo”, sino de profundizar en los pensamientos irracionales y dañinos que son desadaptativos y que distorsionan, tiñen tu percepción del mundo. Es a través de un proceso terapéutico cómo se logra reconvertir esas creencias irracionales en pensamientos más realistas y saludables.
La depresión es diferente en cada persona por lo que antes de iniciar el tratamiento llevamos a cabo una evaluación clínica exhaustiva, valorando los síntomas que presentas, cuándo aparecieron, su intensidad y si hay algún hecho desencadenante. Abordamos todas aquellas situaciones que te generan sensación de vulnerabilidad, incapacidad, malestar o sufrimiento tanto a ti como a tu entorno.
Diseñamos un tratamiento personalizado para ti.
Tú eres único y tu tratamiento también debe serlo.
Para que puedas superar tu depresión llevamos a cabo un abordaje integral del problema con tres tipos de medidas:
- Psicoterapia: aproximación a la personalidad y a la conducta, con el fin de averiguar el origen de la problemática y mitigar tu depresión.
- Socioterapia: medidas sociales que van a tener un efecto curativo.
- Farmacoterapia: medicación sólo para los casos extremos.
Con nuestro tratamiento por fin vas a poder comprender lo que de verdad te sucede, explorar y averiguar las causas que provocan tu malestar y valorar las posibles vías para solucionarlo y recuperarte lo antes posible.
Nos interesa abordar el problema en su totalidad:
- Afrontando los conflictos que pueden estar generando y manteniendo tu depresión.
- Generando los recursos necesarios para mantener los logros obtenidos y prevenir recaídas futuras.
Ten en cuenta que el uso exclusivo de fármacos, trata únicamente el síntoma. Si no abordamos los factores que verdaderamente causan y mantienen tu depresión, ésta reaparece con la retirada de la medicación.
La psicoterapia para que esté bien hecha y sea efectiva tiene que provocarte experiencias emocionales reparadoras
Nuestra metodología particular para lograr una psicoterapia verdaderamente eficaz y duradera está basada en 3 pilares fundamentales:
- Priorizamos el vínculo emocional. Somos expertos en crear contigo una alianza sagrada de auténtica conexión y confianza.
- Provocamos cambios en el cerebro que reparan los desajustes y restauran tu equilibrio.
- Sabemos dónde vamos y cómo llegar, para ello utilizamos tratamientos breves poniendo el foco terapéutico en encontrar soluciones eficaces.
Aplicamos técnicas innovadoras y más eficientes
que mejoran los resultados
y reducen el tiempo de duración del tratamiento
EMDR es una técnica súper eficaz para el tratamiento de la depresión. Mediante esta técnica podemos reprocesar e integrar de forma adaptativa las experiencias traumáticas o situaciones perturbadoras que te han removido o dañado a nivel emocional y que pueden estar asociadas a la aparición y el mantenimiento de esta patología.
Nuestro tratamiento para la depresión tiene en cuenta los aspectos inconscientes y emocionales.
Con la técnica EMDR logras modificar las creencias negativas que tienes sobre ti mismo, los demás y sobre el futuro, así como una disminución significativa de los síntomas de la depresión.
Con nuestra manera de abordar el trabajo psicoterapéutico
no solo logras recuperar tu equilibrio funcional
sino que fortaleces tu salud psicológica y emocional de forma duradera
En los casos más graves, en los que además del tratamiento terapéutico sea preciso recurrir a la medicación, ponemos a tu disposición un servicio de psiquiatría que se encarga de recetarte la medicación más apropiada para aliviar tu sintomatología y de llevar regularmente un control para ajustar la dosis de forma óptima.
¿Qué beneficios obtienes al salir de la depresión?
Con nuestro tratamiento para salir de la depresión logras:
- Descubrir las causas y el origen de tu depresión.
- Aprender a valorar las situaciones importantesde tu vida desde una perspectiva más lógica y realista.
- Modificar los pensamientoso creencias irracionales, desadaptativas que sustentan la depresión.
- Recuperar la autoconfianza y sanar tu autoestima.
- Reconciliarte contigo mismo, aprendiendo a aceptarte tal y como eres.
- Activar tus recursosy mecanismos internos de auto-curación.
- Resolver todo aquello que está dañado en tu inconsciente y que te perturba impidiéndote vivir con cierta tranquilidad y seguridad.
- Regular tu funcionamiento cerebraly tu estado de ánimo.
- Superar la depresióny volver a disfrutar de la vida.
Pasos específicos que puedes dar para salir de la depresión
- El primer paso consiste en informarte, averiguar qué te sucede y a qué te estás enfrentando en realidad.
- Es esencial que adoptes hábitos de vida saludables. Por ejemplo, se ha demostrado que tan solo 30 minutos de ejercicios aeróbicos tres días a la semana, pueden aliviar considerablemente los síntomas de la depresión. No es obligatorio ir a un gimnasio, simplemente caminar a buen ritmo “moviendo el corazón” es suficiente, (no es un paseo viendo escaparates, recuerda que es un ejercicio aeróbico).También es imprescindible que duermas al menos 6 o 7 horas cada día (sueño reparador) y para ello deberás respetar las rutinas en los horarios para poder irte a la cama a la misma hora y no comer nada al menos aproximadamente 90 minutos antes de irte a dormir y beber, durante ese periodo, la menor cantidad de líquido posible, incluido el agua que tampoco se recomienda beberla antes de dormir.
- Por último y muy importante es controlar y cuidar nuestra alimentación. Determinados alimentos pueden activar la producción de neurotransmisores como la serotonina, que estimulan la relajación y la sensación de bienestar, mientras que otros alimentos agudizan los síntomas de la depresión.
Es absolutamente imprescindible para el buen funcionamiento del cerebro llevar una alimentación rica en ácidos grasos omega 3, ácido fólico, triptófano y magnesio, es por ello que, al menos durante todo el tiempo que dure el proceso terapéutico, será esencial controlar la alimentación respetando estas propuestas en la mayor medida posible. Imagina por un momento lo qué ocurriría si no le echaras aceite a tu coche, ¿se griparía el motor?, pues algo parecido es lo que le sucede a tu cerebro cuando no cuidas tu alimentación. Es nuestra responsabilidad cuidar de nuestro cerebro, sólo tenemos uno y sólo nosotros podemos cuidar de él.
Te recomendamos la lectura del artículo “Alimentación sana para el cerebro que combate la depresión”.