A todos nos pasa. Es lógico que al principio te cueste tomar la decisión de pedir ayuda profesional cuando te das cuenta de que algo no funciona en tu vida personal o profesional. En general, todas las personas tendemos a subestimar la gravedad de nuestros problemas.
Pensar que estamos desorientados o perdidos o bien que hemos intentado resolver nuestra dificultad por nuestros propios medios pero que no lo hemos logrado es algo tan difícil de asumir que preferimos ignorarlo o engañarnos con alguna excusa.