El EMDR es una técnica psicológica que te ayudará a superar situaciones perturbadoras, traumas y dificultades emocionales.
El EMDR ofrece excelentes resultados ante aquellos trastornos psicológicos que se han mostrado resistentes con el resto de tratamientos terapéuticos tradicionales.
Como terapeutas, desde que aplicamos EMDR, nos seguimos asombrando cuando constatamos en vivo y en directo cambios espectaculares incluso en la misma sesión de terapia. Alguna persona ha venido a consulta con una carga emocional muy fuerte y al acabar la sesión, esa carga ha desaparecido del todo. Lo denominamos “la técnica mágica”, aunque en realidad es pura ciencia.
Gracias a esta revolucionaria técnica ya NO es necesario tener que explorar durante años en tu pasado, para que obtengas increíbles resultados que perduren en el tiempo. Te ahorras mucho tiempo y dinero.
¡Realmente la terapia EMDR funciona de maravilla!
Esta técnica funciona tan bien porque:
Consigues que lo que antes te perturbaba, provocándote angustia o miedo, ahora te resulte completamente inofensivo.
Genera en ti nuevas opciones y creencias positivas tan prodigiosas como “sentir que ahora sí puedes”.
En pocas sesiones vas a notar los efectos tan beneficiosos de esta innovadora técnica terapéutica. Es muy potente, por eso cada día está adquiriendo más y más relevancia en el campo de la Psicología y la Psicoterapia.
El EMDR es una técnica psicoterapéutica revolucionaria que se utiliza para reprocesar situaciones perturbadoras, dificultades emocionales y traumas de una manera sencilla y rápida.
Hoy en día EMDR es la técnica psicoterapéutica más efectiva para trabajar y curar los traumas y sus consecuencias.
Es una forma de hacer psicoterapia totalmente innovadora y muy avanzada.
La terapia EMDR muestra que, la mente puede curarse del trauma psicológico tanto como el cuerpo se recupera del trauma físico.
Cuando el sistema de procesamiento de información del cerebro está bloqueado o desequilibrado por el impacto de un evento perturbador, la herida emocional se pudre y puede causar un sufrimiento intenso. Una vez que logramos quitar el bloqueo con el EMDR, se reanuda la curación.
Las siglas EMDR, del inglés “Eyes Movement Desensitization and Reprocessing” o “Desensibilización y reprocesamiento por movimientos oculares”, hacen referencia a una técnica descubierta a finales de los años 80 por Francine Shapiro. El EMDR consiste en la estimulación bilateral que provoca la activación de los dos hemisferios cerebrales logrando una mejor conexión entre ellos. La estimulación bilateral acelera y mejora el procesamiento de la información cerebral y facilita la integración de los recuerdos traumáticos.
En una persona sana, a media que se procesan nuevas experiencias, éstas son filtradas, digeridas, asimiladas e integradas, y lo que es útil se aprende, se almacena junto a las emociones adecuadas y guía a la persona en el futuro. Por ejemplo, un niño puede caerse de una bicicleta y llorar, pero con el consuelo y los cuidados adecuados, el miedo pasa y puede aprender lo necesario para conducir mejor la bicicleta en el futuro.
Cuando sufres un suceso perturbador, y siguiendo el mismo ejemplo de arriba: A algunos niños les sigue produciendo ansiedad montar en bicicleta y su angustia no disminuye aunque pasen los años. Esta ansiedad persistente muestra que el sistema de procesamiento de la información ha almacenado la experiencia sin haberla procesado adecuadamente hasta llegar a una resolución adaptativa. En vez de recordar lo agradable de los paseos anteriores o el hecho de que el dolor físico desapareció, cuando ese niño piensa en montar en bicicleta todo lo que recuerda es la caída. El suceso está básicamente congelado en el tiempo, justo en el momento de miedo y dolor. Esto sienta las bases para futuras respuestas inadecuadas disfuncionales a eventos similares: se convierte en un suceso clave para cualquier experiencia relacionada.
Cuando nos ocurre una experiencia traumática la mente se puede continuar aferrando a ello, incluyendo la imagen original, los sonidos, las sensaciones, pensamientos, emociones o cualquier combinación de estos elementos. Estas experiencias pueden causar mucho malestar y dejarnos la impresión que hay una serie de patrones que se repiten, como si estuviéramos conectados con esas situaciones.
Toda la información que contiene el recuerdo perturbador se almacena sin haberla procesado adecuadamente, fragmentada y desorganizada. La falta de asimilación e integración en el cerebro de las experiencias que han generado el suceso traumático es lo que origina que revivas el trauma una y otra vez. Esto se resuelve estimulando ambos hemisferios cerebrales aplicando EMDR.
El EMDR dispone de protocolos especiales para potenciar la motivación, concentración, habilidades sociales, autoestima, seguridad… que facilitan que puedas lograr tus objetivos.
La terapia con EMDR es muy efectiva para eliminar o reducir significativamente las secuelas psicológicas originadas por situaciones traumáticas o sucesos perturbadores. También es tremendamente útil para poder enfrentarte a situaciones futuras con mayor seguridad y tranquilidad.
El EMDR ofrece excelentes resultados con los trastornos que no han podido resolverse aplicando el resto de tratamientos terapéuticos tradicionales.
Utilizar EMDR en la terapia permite que puedas modificar tus emociones, creencias y sensaciones corporales asociadas a tus experiencias perturbadoras pasadas.
Los síntomas que tanto te perturbaban al iniciar el tratamiento terapéutico van desapareciendo y dando lugar a nuevas sensaciones y creencias más adaptativas y positivas.
Aplicar la estimulación bilateral desencadena la desensibilización y el reprocesamiento de la información traumática.
Veamos con más detalle cómo funciona:
El EMDR conecta las vías neuronales. La estimulación bilateral de los dos hemisferios cerebrales provoca un efecto relajante y tranquilizador que permite el desbloqueo del Sistema Nervioso Autónomo Simpático. Este desbloqueo libera la información que contiene las emociones y sensaciones perturbadoras que ahora puede circular por las vías adecuadas. Ya no se queda aislada produciéndote los síntomas perturbadores.
En esta fase se incrementa la actividad del tálamo, nuevamente debido a los efectos beneficiosos de la estimulación bilateral. A través de esta estimulación las redes neuronales abren nuevas vías de aprendizaje de forma que el recuerdo traumático pasa a recordarse de una forma adaptativa y funcional. La estimulación bilateral permite que la información aislada y atrapada emerja a la superficie, se resuelva, se integre y se elimine.
Ahora sí el cerebro racional (córtex) va a poder integrar y recodificar la información perturbadora permitiendo que surjan nuevas alternativas disponibles sobre la experiencia traumática.
Durante el tratamiento, las sensaciones corporales desagradables se modifican, las imágenes ya no se ven de la misma forma, cambian las sensaciones corporales, desaparecen las emociones negativas que se reemplazan por otras positivas, se produce una relajación corporal y aparecen espontáneamente nuevos comportamientos junto a un nuevo sentido del self.
Todo ello permite una comprensión distinta de lo sucedido al integrarse con nueva y adecuada información del córtex. Así es como se generan las opciones “nuevas” que facilitan y permiten el cambio y la transformación de las creencias negativas en positivas.
Al final del proceso se produce la integración saludable de la experiencia traumática con una narrativa radicalmente distinta. Se transforma así la información previa que era falsa, ineficaz, incompleta y desintegrada en completa, consciente, eficaz y coherente. Esta nueva integración es realmente poderosa.
Cuando aplicas EMDR, el trauma se transforma en una experiencia de aprendizaje nutritivo. El victimismo desaparece, te conviertes en una persona más fuerte y evolucionada, en un superviviente más sabio y maduro. Lo que da lugar a que mejore considerablemente tu calidad de vida.
Esto no quiere decir que se borre de tu cerebro lo que te ocurrió en el pasado. Tras las sesiones de EMDR aún recuerdas la experiencia vivida, pero sientes que ésta pertenece ya al pasado, que ya no te afecta en el presente, y que ha dejado de ser traumática.
Cuando el procesamiento llega a este punto neutral podemos afirmar que el trauma ha sido desbloqueado y procesado de forma adaptativa. Cuando pasan semanas y meses y no te ha vuelto a perturbar ese hecho traumático es cuando te das cuenta de que sus efectos positivos se mantienen a largo plazo.
Entre los múltiples beneficios que aporta la terapia EMDR destacamos:
En 1987, la psicóloga norteamericana Francine Shapiro, descubrió de forma accidental, que los movimientos oculares voluntarios reducían la intensidad de la angustia de los pensamientos negativos. Inició una investigación con sujetos traumatizados en la guerra de Vietnam y víctimas de abuso sexual para medir la eficacia del EMDR. Comprobó que esta técnica reducía de manera significativa los síntomas del Trastorno por Estrés Post Traumático en estos sujetos.
Las investigaciones de los últimos años convierten al EMDR en uno de los tratamientos con mayores estudios de validación científica.
Ha sido reconocido por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como el mejor tratamiento para el Trastorno de Estrés Postraumático (TEPT), tanto por su efectividad como por la velocidad del tratamiento.
En 2010 fue reconocido como una “psicoterapia basada en la evidencia” por el National Registry of Evidence-based Programs and Practices (NREPP), integrado en el U.S. Departmente of Health and Human Services.
Está avalado por las Guías Clínicas Internacionales para el tratamiento del trauma.
En el año 2009, el APA (Asociación Americana de Psicología) sitúa el EMDR en la categoría de más alta eficacia y aval empírico en la mejora de los síntomas del TEPT agudo y crónico.
Ha sido elegido como método eficaz en el tratamiento del trauma por el Departamento de Defensa de los Estados Unidos como abordaje de elección para veteranos de guerra.
Como método de gran efectividad en el tratamiento del trauma, es recomendado por las autoridades en salud mental en países donde hay problemas de violencia terrorista y es utilizado en organizaciones que tratan frecuentemente con víctimas de trauma y catástrofes: FBI, Salud mental en Irlanda, Israel, etc.
En España, cada vez más psicoterapeutas, están aprendiendo e incorporando el EMDR a sus tratamientos terapéuticos por sus excelentes resultados.
Otras instituciones prestigiosas que recomiendan el uso del EMDR:
Nuestra manera de entender el trabajo psicoterapéutico es ayudarte a resolver tu malestar para que puedas alcanzar lo antes posible el bienestar que necesitas, mejorando tu calidad de vida de forma duradera. Este es nuestro cometido, y la responsabilidad y compromiso que elegimos tener contigo.
Entendemos la psicoterapia como una experiencia transformadora capaz de cambiar la forma de verte a ti mismo y a los demás y de relacionarte con ellos.
Para que puedas entender mejor lo que para nosotros significa hacer un proceso terapéutico, nos gusta comparar nuestro proceso con un viaje que te lleva a vivir una experiencia emocional verdaderamente reparadora.
El primer paso de nuestro particular viaje es hacer una evaluación. No pretendemos encasillarte en un determinado cuadro patológico, sino organizar la información que nos proporcionas para poder establecer el foco adecuado y las metas terapéuticas. El segundo paso del viaje es diseñar una buena planificación, saber dónde vamos y cómo llegar sin rodeos a nuestro destino. El tercer paso es la intervención terapéutica.
Antes de embarcarnos en lo que es un viaje difícil o complejo, para sentirnos más seguros y con la menor tensión posible y conseguir llegar a nuestro verdadero destino, es conveniente planificar y preparar adecuadamente todo lo necesario para acometer con éxito nuestro viaje:
Al finalizar el viaje, a través de ese vínculo sagrado de confianza y seguridad que hemos creado entre nosotros, habrás aprendido a identificar, legitimar, regular y manejar tus emociones, pensamientos y conductas de una manera más sana y beneficiosa para ti y para tus relaciones.
Este tipo de viaje, con este guía en concreto, te habrá proporcionado una mirada interior, un verdadero autoconocimiento, te habrá provocado reflexión y facilitado el cambio y la transformación interior. Te habrás llevado valiosas experiencias, herramientas y nuevos recursos perdurables en el tiempo que te preparan para afrontar las situaciones complejas que puedan darse en cualquier otro reto que decidas acometer a partir de ahora, solo o en compañía de otros viajeros. Sin darte cuenta, tú mismo, te habrás convertido en un gran guía.
Puede ayudarte a despejar tus dudas sobre si la terapia es para ti o no, conocer cuáles son las problemáticas más frecuentes que trabajamos diariamente en la consulta.
En nuestras sesiones de terapia vas a encontrar solución a tus problemas:
¿Te identificas con alguna de esas situaciones? Si es así, ya NO tienes que afrontarlo tú solo.
No olvides que, como tú, todos nosotros nos hemos encontrado en un momento dado en una situación difícil en nuestra vida, y hemos necesitado recibir asesoramiento de un experto que nos ayudó a mitigar nuestro dolor, a recuperarnos y a conseguir lo que verdaderamente necesitábamos.
Da igual si eres hombre o mujer, no importa tu edad, ni a qué te dedicas en la vida, tampoco importa si tienes más o menos dinero ni más o menos estudios. La buena noticia es que cualquier persona puede beneficiarse de la terapia.
Como regla general, cuanto más tiempo duran los síntomas más se agravan los problemas y más cuesta erradicarlos. Cuanto más interfieran en tu vida diaria, más necesitarás recurrir a un tratamiento profesional.
En la actualidad, cada vez más personas van a terapia y la psicología está ya en boca de todos. Hacer terapia resulta algo de lo más natural. Afortunadamente ya no se asocia con tener problemas mentales, sino con reconocer que a veces carecemos de herramientas suficientes para afrontar situaciones difíciles que todos vivimos.
Seguro que alguna de estas dudas o parecidas te surgen. Puedes resolverlas en nuestras preguntas frecuentes.
En ocasiones, hay algunas personas a las que acudir a la primera sesión de terapia les supone cierta vergüenza. Puedes creer que lo estás haciendo mal. Te puede entrar miedo o temor a ser juzgado. A que te consideren más débil o incluso loco…
Puedes cuestionarte si “otros son más capaces que tú”. Incluso puedes llegar a pensar que eres un “desastre” o que has “fallado” como madre, padre, hijo, amigo, esposo, profesional… por no haberlo podido solucionar por ti mismo.
De la misma forma que no sientes que has fallado cuando no puedes reparar por ti mismo el coche, hacer terapia tampoco significa que hayas fallado. ¡Nada más lejos de la realidad! Es justo lo contrario: Las personas más fuertes y valientes se forjan a base de enfrentar retos.
Es completamente lógico y normal que sientas nervios, y que al principio te cueste un poco, tomar la decisión de iniciar un proceso de terapia. Nos pasa a todos.
Implica ponerte en manos de un desconocido y revelarle tus asuntos íntimos.
Tener el coraje de aceptar que necesitas ayuda es una señal de fortaleza y de inteligencia.
Involucrarte en una terapia demuestra que eres muchísimo más valiente, capaz y valioso de lo que tú crees aunque ahora no te sientas así. Y precisamente esto es una de las cosas que vas a poder averiguar y sentir en el proceso terapéutico.
Eres valiente por decidirte a venir, por atreverte a revelar tus asuntos íntimos, a descubrir lo que verdaderamente te sucede, por aceptar tus limitaciones, por reconocer tus carencias, por invertir tu tiempo y dinero para conseguir aquello que necesitas, por querer crecer y evolucionar, por hacer frente a tus problemas, por responsabilizarte en buscar soluciones eficaces, por no “echar balones fuera”, engañarte o culpar a los demás de tu malestar.
Una excelente manera de abordar tus temores es contarnos lo que te preocupa
Tener el arrojo de superar esa ansiedad inicial puede brindarte una sensación de alivio, coraje y optimismo.
Pedir ayuda es el primer paso en el proceso para que puedas sentirte mejor.
Vale la pena porque cualquier persona puede beneficiarse de un proceso terapéutico. Si en algún momento tu calidad de vida no es la que deseas, no cabe duda de que la psicoterapia puede ayudarte enormemente.