La terapia psicológica es un proceso complejo y delicado, validado científicamente, que debe desarrollarse de la manera adecuada para no perder su validez y para que resulte efectiva.
Para que el proceso terapéutico resulte eficaz es esencial tener en cuenta el tipo de comunicación que se establece entre paciente y terapeuta que favorezca la interacción.
La Comunicación Verbal es la que se expresa a través de las palabras, el mensaje es voluntario y consciente. Peca de ambigua ya que sus mensajes a menudo pueden ser fácilmente distorsionados sin el apoyo de la Comunicación NO Verbal (CNV).
Por el contrario, la CNV va más allá de las palabras. Expresa precisamente aquello que necesitamos averiguar en la terapia, los estados emocionales, nos muestra además actitudes y comportamientos. Refleja el inconsciente de la persona, lo que expresas con el cuerpo aunque no lo digas con palabras. La CNV utiliza gestos, sonidos, postura corporal, tics, expresiones faciales y corporales, miradas, apariencia física, ademán, colores, etc. La CNV representa el poder de la conducta. Genera comportamientos y respuestas automáticas e inconscientes que no podemos controlar y por tanto no podemos mentir. Es por ello que la CNV resulta mucho más fiable que la comunicación verbal.
El lenguaje NO verbal representa el 93% de la comunicación frente al 7% de la comunicación verbal. De ahí que cuando existe una disonancia entre lenguaje verbal y corporal, lo que otorga mayor autenticidad y credibilidad a la persona, es precisamente el mensaje recibido a través de la comunicación no verbal (gestos, miradas, postura corporal, etc.)
Algunas terapias usan canales Online como WhatsApp u otras plataformas de mensajes, correo electrónico o conversaciones telefónicas, a través de los cuales no es posible transmitir mensajes no verbales ya que no utilizan el recurso de la videocámara. Ello supone una importante limitación en el proceso de comunicación impidiendo por completo la posibilidad de poder procesar la indispensable Comunicación No Verbal.