Un síntoma es la forma que tiene tu cuerpo para gritar que algo no va bien.
Los síntomas que provoca la depresión tienen graves consecuencias en tu funcionamiento diario, tanto en el ámbito personal y familiar, como en el laboral.
Algunos de los síntomas más conocidos de la depresión son:

- Somáticos: fatiga, falta de energía, dolor de cabeza, cambios en el apetito, problemas digestivos, malestar persistente, pérdida del deseo sexual. Son frecuentes los diversos problemas de salud ya que cuando padeces depresión sueles adoptar hábitos de vida poco saludables al no cuidar de ti mismo. A los problemas de insomnio se le suman la falta de ejercicio físico, por lo que tu salud termina resintiéndose. De hecho, la depresión te hace más vulnerable a sufrir diferentes enfermedades, desde la gripe hasta la diabetes y patologías cardiovasculares. También hace que percibas el dolor con mayor intensidad y también te hace envejecer más rápido. Además, la depresión afecta la respuesta inmune de tu organismo, provocando un aumento de la inflamación que termina dañando las células.
- Cognitivos o mentales: pensamientos irracionales, dificultades para concentrarte, problemas de memoria, lentitud de pensamiento, dificultad para tomar decisiones y también ideas suicidas.
- Emocionales: tristeza, ansiedad, sensación de vacío, pesimismo, desesperanza, sentimientos de culpa, inutilidad e impotencia, desconexión emocional. Padeces grandes dificultades emocionales, sientes progresivamente que la vida no tiene sentido, además tu autoestima disminuye, te sientes inseguro y pierdes la confianza en tus capacidades.
- Conductuales: Son frecuentes los conflictos en las relaciones interpersonales. La depresión a menudo viene acompañada de movimientos lentos, volumen bajo de voz e incluso mutismo, llanto frecuente, agitación, inquietud, irritabilidad e impulsividad por lo que no es extraño que aparezcan roces o disputas en las relaciones interpersonales, las cuales contribuyen a que te aísles aún más.
El síntoma más típico de todos es la tristeza y los pensamientos negativos sobre el futuro y sobre uno mismo y los demás, pero cuando la depresión es más grave o bien está más avanzada te puedes llegar a sentir incluso desconectado de tus sentimientos, algo así como si estuvieses emocionalmente muerto.
Cuando los síntomas de la depresión son leves, pero se extienden en el tiempo, durante al menos dos años, hablamos entonces de DISTIMIA o trastorno depresivo persistente.
Es muy frecuente que tu rendimiento cuando estás deprimido se vea afectado sobre todo en la escuela o el trabajo. En estos estados es habitual que aparezca la ASTENIA. En cuando sueles referir que la vida se te hace cuesta arriba, hasta incluso las tareas más sencillas, como levantarte de la cama, lavarte o simplemente vestirte, pueden ser muy agotadoras y sientes que necesitas hacer un gran esfuerzo para llevarlas a cabo.
Otro síntoma muy común es la ANHEDONIA, que sucede cuando poco a poco también vas perdiendo el interés por las cosas que antes disfrutabas y abandonas tus aficiones al no encontrar ya disfrute en ellas.
Uno de los mayores riesgos de la depresión es el SUICIDIO. De hecho, el 60% de los suicidios que se cometen en el mundo están asociados con la depresión aguda. Cuando la depresión es severa, puedes llegar a tener ideas suicidas recurrentes.
Sueles pensar que los demás estarían mejor si te suicidases o que los obstáculos o problemas que tienes en tu vida son insalvables, por lo que no encuentras otra solución que terminar con tu vida. En otros casos, las ideas suicidas aparecen como resultado de un estado emocional muy doloroso, cuando crees que tu sufrimiento es insoportable y que nunca va a remitir. Las probabilidades de que te refugies en las adicciones, como el alcohol y las drogas, son elevadas.