La dependencia emocional es la necesidad intensa y desproporcionada de afecto que una persona siente hacia su pareja. Es una dependencia porque se traspasa la barrera del deseo lógico de vinculación, de amar y ser amado. Implica adicción hacia otra persona y se convierte en una necesidad desmesurada de estar con el otro y de recibir su atención. La dependencia afectiva se da cuando no logras tener responsabilidad completa sobre tus sentimientos y cuando tu autoestima y bienestar dependen de otras personas, sobre todo de una pareja.
Cuando sufres de dependencia emocional necesitas que tu pareja te brinde seguridad. Ves en el otro la seguridad que crees que a ti te falta. A menudo te sientes vacío y tratas de llenar con el otro tus propios agujeros o huecos. Además te sientes incapaz de poder poner límites al otro dentro de la relación, de respetar y definir tus propias ideas y proyectos. Te cuesta identificar las fronteras entre lo que tú necesitas y lo que necesita tu pareja. A menudo piensas que te abandonará si no cedes a sus deseos, necesidades, exigencias o peticiones.
Como dependiente emocional, tiendes automáticamente a idealizar en exceso a tu pareja, lo que provoca que te sientas inferior y que tu autoestima se dañe seriamente. A veces necesitas la presencia de tu pareja incluso para poder sentirte tranquilo y bien. Aunque la relación sea insatisfactoria para ti y sientas mucho malestar, haces todo lo que sea necesario para que ésta no se termine.
Hablamos de patología cuando la necesidad intensa de afecto termina por limitar la libertad personal de ambos miembros de la pareja. Las relaciones con dependencia emocional suelen ser casi siempre inestables, tóxicas y muy destructivas. Como dependiente emocional necesitas la atención constante de tu pareja incluso de manera obsesiva. Te lleva sin darte cuenta a renunciar a tu propia libertad con tal de estar con el otro y de poder sentir esa aparente felicidad.
Pones tu relación de pareja por encima de todo, incluso de ti mismo. Como no deseas que nada se interponga en tu relación, vas abandonando paulatinamente tus aficiones y actividades diarias. Abandonas incluso la compañía de otras personas importantes en tu vida, para así poder pasar cada vez más tiempo con tu pareja.
Además, es frecuente que ejerzas un control excesivo sobre tu pareja y no aceptes de buena gana que haga nuevas amistades o realice actividades sin ti. Demandas toda su atención para ti. Te invade el temor y la preocupación de que esas actividades le aparten de tu lado.
Por eso tu dependencia emocional afecta significativamente a tu pareja. Coartas seriamente su libertad, lo que le inhabilita para desarrollar una vida autónoma y satisfactoria.